- De niño no tuve la prolijidad que de adulto ,
pero mis manos
cargaban mi mundo de infante
intoncable
Yo en esa casa, me salvé - por mis goles color crema
No recuerdo que tanto lloré las tonalidades vociferantes - que mi madre arrojaba a mi padre y reciprocamente
pero recuerdo que era de mañana cuando retornaba él, todo de blanco - que el dia empezaba.
La incertidumbre entonces me hacia saborear una suerte de paz que se - interrumpia por sorteo,
- cada dos,
cada tres
dias
por cabala,
Entonces, las puertas y las paredes se rendian ante sus gravesy yo debia tambien tener como ellos batallas fraternales que pudiesen romper el marco de algun cuadro de fotos de mi familia infeliz.Gracias a las Anitas que resistieron
A mis sabados de radio con volumen 9,
A los 4 años que olvidé.
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Dedicado a mi pequeño vecino, un principito que me buscaba para jugar.